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Akemashite omedeto gozaimasu!

Akemashite omedeto gozaimasu! O lo que es lo mismo, ¡Feliz Año Nuevo!Era mi primer año nuevo y quizás el último que pasaba en Japón. Llevaba allí ya cuatro meses viviendo con una familia. Noriko “mi” madre, Katsuro el padre, Harumi y Yunko mis hermanas de 29 y 26 años respectivamente.

yukata



La celebración de año nuevo empezó en un Ryookan (hotel típico japonés) enorme en el que todos los huéspedes llevaban yukata( kimono de algodón). Nos dirigimos a una habitación muy grande con el suelo de tatami donde se encontraban más familiares por parte de mi madre. Todos fueron muy agradables conmigo. Recuerdo a un hombre que hacía años trabajaba en un barco y había estado en España y Argentina. Me contó anécdotas con unas mujeres de un cabaret y me leyó la palma de la mano. Me definió como inflexible, que estaba enamorada y que me iba a casar a los 29 años.
Estábamos todos sentados en el suelo,descalzos y tomando ocha y dulces mientras esperábamos a que el resto de la familia fuese llegando.Como detalle para mí, reservaron una habitación doble, como la de cualquier hotel aquí, para compartir con mi hermana yunko que estaba estaba embarazada. Fue un detalle porque el resto de la gente dormía en una habitación grande todos juntos con el futón sobre el tatami.
A las 6 de la tarde llegó la hora de cenar. Todos en el suelo y con mesas individuales. Había muchos platos variados, salmón, cangrejo, soba, sopa, arroz... Después, empezamos a jugar al bingo. Al principio no hubo suerte pero al final me tocó un lote de champú y acondicionador,café y como regalo una hucha en forma de gato muy típico de allá.
Después, Yunko y yo decidimos meternos al onzen . El onzen son aguas termales que pueden estar al aire libre o tapadas , pero que te tienes que meter desnuda por lo que en un principio no me atrevía. Todo alrededor mía estaba nevado y nosotras allí calentitas en el agua. Después fuimos a cantar al karaoke, más bien yo escuchaba porque en español solo había canciones como “para bailar la bamba” o alguna muy antigua... que no conseguía entonar más que el estribillo. Después, mi madre se empeñó en hacer una sesión fotográfica vestida con la yukata.
A las 11 fuimos a dormir aunque nos costó porque empezamos a hablar y hablar... ¿os dais cuenta? ¡Al leer mi diario me doy cuenta que para entonces entendía lo que me decían y hasta podía responder!

textoalternativo



Al día siguiente nos levantamos temprano, desayunamos y nos dirigimos a casa de los padres de mi madre o sea de mis abuelos maternos.. Eran la primera vez que me veían y hasta me dieron el otoshidama (la paga para los niños pequeños en año nuevo). Luego, llegamos a casa y decidimos ir a Izumo taisha uno de los templos más antiguos y grandes de Japón. Hacía un frío impresionante, viento, nieve.....Lo estaba pasando tan mal por el frío que cuando me dijeron que íbamos a comer soba se me cayó el mundo. Había probado una vez la soba fría y no me gustaba nada pero sin embargo allí descubrí que también la comían caliente y me encantó.
Ya de vuelta, cogimos el coche pero en un segundo la carretera se puso blanca y el coche derrapó. Nos asustamos y decidimos coger un tren de vuelta. Las mujeres en tren y el padre en el coche. El viaje fue muy tenso, teníamos miedo de que a katsuro-san le pudiese pasar algo. Pero finalmente llegó a salvo. Esa tarde noche cuando estábamos juntos viendo la tele en el kotatsu y con moncha en mi regazo, llamó una tía de mi madre. Me iban a vestir en su casa con un kimono y me iba a enseñar a tocar sakura- sakura con un instrumento llamado koto (arpa japonesa)... esto solo es el principio de una experiencia que no olvidaré jamás..."

1 comentario

Ana -

Me encanta fin de año, y pasarlo en Japón tiene que ser una chulada.
Ya quedaremos para tomar un café y me cuentas cómo fue todo...;-p
Besotes