Algo más que la cerveza y las salchichas
El alemán bebe cerveza a destajo en la fiesta muniquesa del Oktoberfest y lo hace enfundado en los clásicos pantalones bávaros de cuero, con el tradicional sombrero. Los alemanes son rubios, tienen los ojos claros, son fríos y distantes y se alimentan de salchichas, col y patatas. Además, en los hogares alemanes sólo se escucha música de Beethoven y Bach.
Estos son los clichés y prejuicios a los que se recurre con frecuencia para describir lo "típico alemán". Pero, ¿qué es típico en un país donde viven más de 80 millones de personas? Pues os voy a echar una mano: es amigable, generoso y servicial. También es puntual, comprometido y trabajador. El creciente número de inmigrantes que ha llegado a Alemania durante las últimas décadas han enriquecido a la sociedad alemana. Hoy día es mucho más multifacética y tolerante.
Pero ni Boris Becker ni Claudia Schiffer han logrado erradicar el cliché del "terrible alemán". Los viejos prejuicios parecen irreductibles y no cambian tan fácilmente, pese a las transformaciones históricas. Sin embargo, quien visite este país se sorprenderá. Verá a alemanes con "dreadlocks", comiendo un kebab.
Los alemanes también saben reírse a gusto y gozar de una tarde tranquila en el café de la esquina. Muchos alemanes se parecen más a sus vecinos franceses u holandeses que a sus conciudadanos de otras regiones. Es muy difícil explicar en pocas palabras cuán diversa es la Alemania de hoy en día. Aquí siempre hay algo nuevo que descubrir y esto sí es típico alemán.
Estos son los clichés y prejuicios a los que se recurre con frecuencia para describir lo "típico alemán". Pero, ¿qué es típico en un país donde viven más de 80 millones de personas? Pues os voy a echar una mano: es amigable, generoso y servicial. También es puntual, comprometido y trabajador. El creciente número de inmigrantes que ha llegado a Alemania durante las últimas décadas han enriquecido a la sociedad alemana. Hoy día es mucho más multifacética y tolerante.
Pero ni Boris Becker ni Claudia Schiffer han logrado erradicar el cliché del "terrible alemán". Los viejos prejuicios parecen irreductibles y no cambian tan fácilmente, pese a las transformaciones históricas. Sin embargo, quien visite este país se sorprenderá. Verá a alemanes con "dreadlocks", comiendo un kebab.
Los alemanes también saben reírse a gusto y gozar de una tarde tranquila en el café de la esquina. Muchos alemanes se parecen más a sus vecinos franceses u holandeses que a sus conciudadanos de otras regiones. Es muy difícil explicar en pocas palabras cuán diversa es la Alemania de hoy en día. Aquí siempre hay algo nuevo que descubrir y esto sí es típico alemán.
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