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sinequipaje

Con poco dinero y muchas ganas de hacer amigos

campo de trabajo internacional, Leun 2003Hoy os voy a proponer una manera diferente de viajar. Y es que cada verano, muchos jóvenes optan por apuntar a un campo de trabajo que, al mismo tiempo que darte la oportunidad de viajar por el menor coste posible, te da la oportunidad de conocer a un montón de gente nueva y diferente. En mi caso, nos desplazamos hasta Alemania. Ahora, todos tendréis en mente a ese gran país que está en el centro de Europa: NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD, nos situamos en un pueblo muy pequeñito que está formado por cuatro villas, Leun.

Para apuntarse a un campo de trabajo simplemente hay que estar dispuesto a renunciar por unos días a la comodidad de nuestras casas y lanzarse a la aventura. Sobre todo si te diriges al extranjero, no sabes qué te vas a encontrar ni con qué tipo de gente vas a compartir tu tiempo, pero esa cierta incertidumbre es lo que le da aún mayor emoción.

En mi caso, a los dos días de terminar el curso tomé un autobús que me llevó hasta Frankfurt. Son nada más y nada menos que 17 horas de viaje, un trayecto que se hace corto si es de noche y si durante él vas conociendo a tu compañera de viaje, que lo sería también de campo de trabajo. Una vez en Alemania, es relativamente sencillo orientarse con su amplia red de trenes.

Al llegar todo es muy extraño, ¡no entiendes a nadie! Dos polacos, un francés, una coreana, un rumano, una canadiense y dos monitores, una de mi edad y el chico poco mayor. Este es el único momento en el que quieres volver a coger el autobús y regresar a casa despavorida.

BissenbergDespués vas conociendo a la gente y el pueblo. Nuestra villa se llamaba Bissenberg, un lugar donde no había ni cabina telefónica. Está formado por enormes villas unifamiliares con jardín y, lo más sorporendente, cada una de ellas con un coche de lujo aparcado en la puerta. Ni un bar, ni una tienda. Para llamar por teléfono debíamos trasladarnos a Stockhausen (otra de las villas) y para coger el tren a Lahnbahnhof. Esto que al principio nos parecía una pesadilla, se convirtió en poco tiempo en parte del encanto de nuestro particular retiro.

pintandoEl trabajo no fue duro. Cada día nos dividíamos en dos grupos, unos iban a sacar ramas de la acequia para permitir que fluyera su cauce y otros a pintar los parques de los niños. Trabajo de lunes a viernes de ocho a dos, menos el viernes que terminábamos a las doce. Tardes y fin de semana libres. Desde mi punto de vista, no fue un trabajo duro, haces algo por una comunidad y, por supuesto, te lo pasas en grande. Además, cada día había dos personas que debían de ejercer de "amos de casa": se quedaban en el albergue para limpiar y preparar la comida para todos. No os podéis ni imaginar la variedad del menú de un campo de trabajo internacional.

Los fines de semana aprovechábamos para hacer visitas a pueblos y ciudades de alrededor. Anduvimos en canoa, visitamos
el fantástico castillo medieval de Braunfels, estuvimos en Colonia visitando su catedral en un día más que peculiar, montamos en caballo, visitamos las fiestas de Leipzig, estuvimos en museos... En fin, que hubo tiempo para todo.

Plaza de Braunfels, con el castillo a lo alto


Tres semanas más que intensas que pasaron volando. Al cabo de 21 días nos dimos cuenta de que estábamos en una pequeña burbuja apartada del mundo en la que habíamos disfrutado de un pueblo sin televisión ni teléfono, nos habíamos enriquecido con la mezcla de culturas, habíamos descansado, disfrutado, reído, bailado, habíamos hecho amigos para toda la vida....

Por cierto, ¿alguien me puede explicar por qué esto lleva el horrible nombre de CAMPO DE TRABAJO?

2 comentarios

LIDE -

We really enjoyed the workcamp! Didn´t we?
Thanks a lot for your comment.

bogdan -

congratulations, Lide.
Even if i don't undersand everything what you had wrote, i can imagine. Keep up the good work!!!