¿Invierten los tulipanes en la Bolsa holandesa?
Os cuento algo sobre los famosos tulipanes. El interés por el cultivo arraigó con especial fuerza en Holanda, donde por el 1650 se convirtió en una especie de locura llamada Tulipomanía que dio lugar a una especulación disparatada de plantas por las que se pagaban precios muy altos.
En el siglo XVI el embajador de Fernando I de Austria en la corte de los sultanes otomanos se sorprendió por la pasión que suscitaba una flor desconocida en Europa: el tulipán. Se llevó unos cuantos bulbos que se plantaron en 1554 en los jardines imperiales de Viena.
El nombre que se le dio, Tulip, fue el resultado de una confusión del diplomático, ya que "dülbend" significa turbante en persa, mientras que la preciosa flor se llamaba lale.
Un botánico de origen francés, Charles de Lécluse, se interesó por la morfología del tulipán y descubrió su fabulosa capacidad de hibridación. En 1594 obtuvo la primera floración de tulipa gesneriana en el jardín botánico de Leiden. Al divulgar sus investigaciones estaba muy lejos de imaginar que iba a desatar una verdadera locura que se apoderó de Holanda entera.
Cuando muchas personas ya se habían arruinado el gobierno decidió poner fin a la situación regulando el comercio de tulipanes. El cultivo de la planta acabó por convertirse en una actividad económica importante y los bulbos de tulipán son todavía un capitulo destacado de las exportaciones de Holanda.
Por lo que os recomiendo encarecidamente que visitéis este país. Merece la pena contemplar este paraíso floral.
En el siglo XVI el embajador de Fernando I de Austria en la corte de los sultanes otomanos se sorprendió por la pasión que suscitaba una flor desconocida en Europa: el tulipán. Se llevó unos cuantos bulbos que se plantaron en 1554 en los jardines imperiales de Viena.
El nombre que se le dio, Tulip, fue el resultado de una confusión del diplomático, ya que "dülbend" significa turbante en persa, mientras que la preciosa flor se llamaba lale.
Un botánico de origen francés, Charles de Lécluse, se interesó por la morfología del tulipán y descubrió su fabulosa capacidad de hibridación. En 1594 obtuvo la primera floración de tulipa gesneriana en el jardín botánico de Leiden. Al divulgar sus investigaciones estaba muy lejos de imaginar que iba a desatar una verdadera locura que se apoderó de Holanda entera.
Cuando muchas personas ya se habían arruinado el gobierno decidió poner fin a la situación regulando el comercio de tulipanes. El cultivo de la planta acabó por convertirse en una actividad económica importante y los bulbos de tulipán son todavía un capitulo destacado de las exportaciones de Holanda.
Por lo que os recomiendo encarecidamente que visitéis este país. Merece la pena contemplar este paraíso floral.
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