Los hombres del velo azul
Los tuareg han sido siempre, en Europa, un producto de la imaginación popular: jinetes sobre elegantes camellos, viajeros en una tierra infinita, los últimos pueblos libres sobre nuestro planeta.
Su conocimiento está teñido de ideas románticas. Pero en realidad, estos grupos pastores tienen dificultad para adaptarse a un medio áspero. Sin contar con los frecuentes períodos de hambre que sufren. Y una libertad restringida de pastos para sus rebaños, de los que los tuareg son absolutamente dependientes.
La escasez de alimentos les ha obligado a practicar el "pillaje" como actividad económica, pero en la antigüedad fueron un pueblo poderoso y temido. Estaban en guerra permanente contra las ricas ciudades de la cuenca del Níger.
En la época colonial y, después, con la creación de las naciones africanas, han sostenido luchas desesperadas para mantener su independencia y libertad de movimientos.
En la actualidad, tras la rebelión de Tchin Tabaraden (mayo de 1990) y el período de intranquilidad que la siguió, la situación de los tuareg de Níger parece haberse "normalizado". El poder político ha hecho gestos que les garantizan una tranquilidad momentánea.
Sin embargo, profundos cambios, como la sedentarización, han obligado a numerosas comunidades familiares a "fabricarse" sus medios de vida y a adaptarse a nuevas situaciones. Algunos tuareg se han convertido en "agropastores"; otros, en guías turísticos. Una parte de los ex-resistentes han sido integrados en unidades militares saharianas de seguridad. Pero para la mayoría de los pastores nómadas la vida continúa, cada vez con mayores dificultades debido a la escasez creciente de las tierras de pastoreo y a la dramática situación económica del país.
Su conocimiento está teñido de ideas románticas. Pero en realidad, estos grupos pastores tienen dificultad para adaptarse a un medio áspero. Sin contar con los frecuentes períodos de hambre que sufren. Y una libertad restringida de pastos para sus rebaños, de los que los tuareg son absolutamente dependientes.
La escasez de alimentos les ha obligado a practicar el "pillaje" como actividad económica, pero en la antigüedad fueron un pueblo poderoso y temido. Estaban en guerra permanente contra las ricas ciudades de la cuenca del Níger.
En la época colonial y, después, con la creación de las naciones africanas, han sostenido luchas desesperadas para mantener su independencia y libertad de movimientos.
En la actualidad, tras la rebelión de Tchin Tabaraden (mayo de 1990) y el período de intranquilidad que la siguió, la situación de los tuareg de Níger parece haberse "normalizado". El poder político ha hecho gestos que les garantizan una tranquilidad momentánea.
Sin embargo, profundos cambios, como la sedentarización, han obligado a numerosas comunidades familiares a "fabricarse" sus medios de vida y a adaptarse a nuevas situaciones. Algunos tuareg se han convertido en "agropastores"; otros, en guías turísticos. Una parte de los ex-resistentes han sido integrados en unidades militares saharianas de seguridad. Pero para la mayoría de los pastores nómadas la vida continúa, cada vez con mayores dificultades debido a la escasez creciente de las tierras de pastoreo y a la dramática situación económica del país.
0 comentarios