Islas Galápagos: Un chapuzón en el Pacífico
Debido al cansancio con el que acabé el viernes de la semana pasada, decidí darme un descanso el fin de semana y me teletransporté más allá del charco al que llamamos Atlántico.
Decidí ir, no sólo a relajarme, sino también a ver estas islas, consideradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Son también el lugar donde Charles Darwin elaboró su teoría de la evolución de las especies en 1853.
Situadas en el océano Pacífico, a mil kilómetros de las costas de Ecuador, las Galápagos son como un paraíso diferente. Un lugar exótico donde conviven las más peculiares especies.
Nada más bajarme del helicóptero que me dejó en las playas de la Isabela (la isla más grande), me quedé asustada, porque no sabía si lo que veía ante mis ojos era un dinosaurio o una tortuga del país de Gulliver. Y yo que creía que Manolita Ché, mi adorable tortuga de 45 cm, era grande.
También vi iguanas marinas y toqué, aunque muchos no lo crean, ¡a una iguana terrestre! ¡Qué asco! Es que a mí los reptiles me dan pa´tras.
En fin, me enteré de que en estas islas conviven el 32% de las plantas de la costa del Pacífico, el 50% de las aves, el 86% de los reptiles, el 23% de la fauna marina, el 57% de los arácnidos y lo mejor de todo: ¡¡¡El 72% de las hormigas!!!
Verlo, lo vi todo. Para mi gusto mucho animal y mucha planta. Debo reconocer que me pareció un lugar ideal para perderse. Pero que se pierda otro, porque cada vez estoy más convencida de que soy una chica de ciudad.
Decidí ir, no sólo a relajarme, sino también a ver estas islas, consideradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Son también el lugar donde Charles Darwin elaboró su teoría de la evolución de las especies en 1853.
Situadas en el océano Pacífico, a mil kilómetros de las costas de Ecuador, las Galápagos son como un paraíso diferente. Un lugar exótico donde conviven las más peculiares especies.
Nada más bajarme del helicóptero que me dejó en las playas de la Isabela (la isla más grande), me quedé asustada, porque no sabía si lo que veía ante mis ojos era un dinosaurio o una tortuga del país de Gulliver. Y yo que creía que Manolita Ché, mi adorable tortuga de 45 cm, era grande.
También vi iguanas marinas y toqué, aunque muchos no lo crean, ¡a una iguana terrestre! ¡Qué asco! Es que a mí los reptiles me dan pa´tras.
En fin, me enteré de que en estas islas conviven el 32% de las plantas de la costa del Pacífico, el 50% de las aves, el 86% de los reptiles, el 23% de la fauna marina, el 57% de los arácnidos y lo mejor de todo: ¡¡¡El 72% de las hormigas!!!
Verlo, lo vi todo. Para mi gusto mucho animal y mucha planta. Debo reconocer que me pareció un lugar ideal para perderse. Pero que se pierda otro, porque cada vez estoy más convencida de que soy una chica de ciudad.
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brenda samantha -